No habíamos contemplado
la posibilidad de que Yoani Sánchez se hiciera una foto junto con José María
Aznar. Y, la verdad, es preocupante que esta posibilidad no pasara por la
cabeza, con la experiencia que da la vida.
En política cabe todo.
A partir de ahora habría
que plantearse, por mucho que ella diga que no, a Yoani como un ente político,
más que como una embajadora del amor y la paz.
En Estados Unidos se
reunió con personalidades de todo tipo, desde políticos influyentes de diversas
filiaciones, hasta celebridades artísticas del mundillo cubano como los
Estefan, Willy Chirino, Andy García y todo cuanto famoso quiso recibirla y
fotografiarse junto a ella.
Tal vez el propósito de
la joven cronista, en esta gira mundial, sea transmitir a través de imágenes un
sentido de unidad, que mucho lo necesitamos los cubanos, tan divididos durante
años con la fatal confusión entre el Estado y la Nación. Pero, aun cuando Aznar
haya acorralado al gobierno cubano con respecto a la Comunidad Europea –el único político que lo ha hecho sin lugar a
dudas-, por otro lado el ex presidente simboliza el ala más rancia de España,
la llamada España Cañí, la retrógrada, la más conservadora.
Esto, sin embargo, no es
lo más peligroso.
Su adhesión, como
presidente, al gobierno norteamericano, su apoyo a la guerra de Irak, en fin,
su presencia en la tristemente célebre foto de las Azores (2003), le ganó la
repulsa de una buena parte de la sociedad española, que entonces,
mayoritariamente, se opuso a esa guerra.
Aznar, incluso para algunos
sectores de la derecha española, es un personaje gris y no muy bien recordado.
En los medios ibéricos es motivo de burla todavía.
Yoani, colaboradora
habitual de El País –un periódico de izquierda- debe estar enviando un mensaje
con esta foto, porque inocente no es. Y tendrá sus razones, en este caso no tan
claras como las que llevó a su coterránea Rosa María Payá a retratarse con Aznar.
Para nadie –mucho menos
para los que hemos vivido en España- es un secreto que a la vieja metrópoli no
le interesa la vida de los cubanos, que todos sus gobiernos –alternantes de partido-
todavía sangran por la herida de la pérdida de una de sus más importantes
colonias, que miran más por sus intereses económicos en la isla que por las
libertades individuales de nosotros.
Particularmente creo que
Yoani se podía haber ahorrado esta foto. Aunque es probable que ella tenga una
respuesta que tal vez sea la más simple de todas.